La llamada diáspora democrática vasca ha comenzado a organizarse de nuevo ante la proximidad de los comicios en el País Vasco, previstos para el 1 de marzo. Este movimiento, abanderado entre otros por el Foro de Ermua y la Fundación para la Defensa de la Nación Española, sostiene que el censo electoral en esta comunidad está alterado, ya que no registra a los vascos que emigraron por culpa de la violencia.
El censo electoral en el País Vasco se viene reduciendo en los últimos años, a pesar de que su población aumenta ligeramente. Este año serán 1.776.006 ciudadanos quienes podrán ejercer su derecho al voto, 23.494 personas menos que en 2005, y 37.350 menos que en las elecciones de 2001. En comparación con otras comunidades autónomas, la vasca es la que más electores pierde, seguida de Asturias, Castilla Léon y Aragón, mientras que el resto de regiones gana votantes. Una evolución negativa que contrasta con el aumento de un 14,10% de vascos que podrán votar desde el extranjero, pasando de 38.270 en 2005 a 43.550 para 2009. Un incremento del censo electoral en el extranjero casi cinco puntos superior al de la media nacional.
Según fuentes del Instituto Nacional de Estadística (INE), la variación de los últimos años en el censo electoral responde a los cambios de residencia, tanto dentro de España como en el extranjero, así como al saldo entre defunciones y menores que alcanzan los 18 años. Por un lado, los datos de población del INE muestran que la población mayor de 19 años en el País Vasco creció de 1.773.093 en 2005 a 1.793.934 en 2008. Mientras que, por otro, el número de españoles que han abandonado esta comunidad autónoma es superior al de los que han llegado para establecerse procedentes de otra autonomía.
Así, el País Vasco atrajo a 2007 a 11.854 españoles desde otras comunidades que se empadronaron en Álava, Vizcaya o Guipúzcoa. Pero 17.477 españoles decidieron ese mismo año salir del País Vasco para vivir en otros puntos del Estado. En 2006, fueron casi 6.000 personas más las que se fueron con respecto a las que llegaron, y en 2005 la diferencia fue de más de 5.000. En cambio, los inmigrantes extranjeros que llegan a Euskadi superan a los que deciden marcharse: en 2007, 24.294 personas procedentes de otros países se establecieron en esta comunidad, por 6.071 que regresaron al extranjero, y 5.416 que se mudaron a otras comunidades.
Inma Castilla de Cortázar, presidenta del Foro de Ermua, aseguró a este diario que "el censo electoral está significativamente alterado en beneficio de ETA y el nacionalismo". Según los cálculos de esta organización, 150.000 personas han abandonado el País Vasco durante las legislaturas en que Juan José Ibarretxe ha ejercido como lehendakari. "Como esta alteración en el censo no se ha corregido", prosiguió Castilla de Cortázar, "en las próximas elecciones influirá una vez más este déficit de participación de vascos no nacionalistas".
Figura del "desterrado vasco"
"La violencia de ETA es la causa fundamental del destierro de muchos vascos en democracia. Pero lo determinante es la política de imposición del nacionalismo, con la 'labor de persuasión' de una banda terrorista que asesina, amenaza y que con demasiada frecuencia actúa en la impunidad. Nos consta que siguen saliendo familias del País Vasco. En estos momentos las gravísimas implicaciones la política lingüística es un desencadenante evidente para decidir marcharse”, aseguró la presidenta del Foro de Ermua.
Esta asociación ha trasladado a partidos políticos como PSOE, PP, CiU y CC, y próximamente lo hará con UPyD, la necesidad de introducir la figura de "desterrado vasco" en la Ley de Víctimas del Terrorismo. Además, durante el 1 de marzo celebrará un acto de seguimiento de la jornada electoral vasca bajo el lema de "En Euskadi no estamos todos". Por su parte, la Fundación para la Defensa de la Nación Española está impulsandouna campaña para reclamar que las víctimas del terrorismo puedan votar en sus lugares de origen.
Se trata de una solicitud por escrito que "pretende acabar con esta situación de destierro y permitir que los exiliados y sus familias puedan tener voz en los procesos electorales que se desarrollen en aquellos lugares que tuvieron que abandonar. Como argumento, la fundación cita que la Ley de Memoria Histórica ya permite a los hijos y nietos de los exiliados por la Guerra Civil y el Franquismo adquirir la nacionalidad española y, por tanto, votar allí desde donde sus padres o abuelos tuvieron que huir.
El censo electoral en el País Vasco se viene reduciendo en los últimos años, a pesar de que su población aumenta ligeramente. Este año serán 1.776.006 ciudadanos quienes podrán ejercer su derecho al voto, 23.494 personas menos que en 2005, y 37.350 menos que en las elecciones de 2001. En comparación con otras comunidades autónomas, la vasca es la que más electores pierde, seguida de Asturias, Castilla Léon y Aragón, mientras que el resto de regiones gana votantes. Una evolución negativa que contrasta con el aumento de un 14,10% de vascos que podrán votar desde el extranjero, pasando de 38.270 en 2005 a 43.550 para 2009. Un incremento del censo electoral en el extranjero casi cinco puntos superior al de la media nacional.
Según fuentes del Instituto Nacional de Estadística (INE), la variación de los últimos años en el censo electoral responde a los cambios de residencia, tanto dentro de España como en el extranjero, así como al saldo entre defunciones y menores que alcanzan los 18 años. Por un lado, los datos de población del INE muestran que la población mayor de 19 años en el País Vasco creció de 1.773.093 en 2005 a 1.793.934 en 2008. Mientras que, por otro, el número de españoles que han abandonado esta comunidad autónoma es superior al de los que han llegado para establecerse procedentes de otra autonomía.
Así, el País Vasco atrajo a 2007 a 11.854 españoles desde otras comunidades que se empadronaron en Álava, Vizcaya o Guipúzcoa. Pero 17.477 españoles decidieron ese mismo año salir del País Vasco para vivir en otros puntos del Estado. En 2006, fueron casi 6.000 personas más las que se fueron con respecto a las que llegaron, y en 2005 la diferencia fue de más de 5.000. En cambio, los inmigrantes extranjeros que llegan a Euskadi superan a los que deciden marcharse: en 2007, 24.294 personas procedentes de otros países se establecieron en esta comunidad, por 6.071 que regresaron al extranjero, y 5.416 que se mudaron a otras comunidades.
Inma Castilla de Cortázar, presidenta del Foro de Ermua, aseguró a este diario que "el censo electoral está significativamente alterado en beneficio de ETA y el nacionalismo". Según los cálculos de esta organización, 150.000 personas han abandonado el País Vasco durante las legislaturas en que Juan José Ibarretxe ha ejercido como lehendakari. "Como esta alteración en el censo no se ha corregido", prosiguió Castilla de Cortázar, "en las próximas elecciones influirá una vez más este déficit de participación de vascos no nacionalistas".
Figura del "desterrado vasco"
"La violencia de ETA es la causa fundamental del destierro de muchos vascos en democracia. Pero lo determinante es la política de imposición del nacionalismo, con la 'labor de persuasión' de una banda terrorista que asesina, amenaza y que con demasiada frecuencia actúa en la impunidad. Nos consta que siguen saliendo familias del País Vasco. En estos momentos las gravísimas implicaciones la política lingüística es un desencadenante evidente para decidir marcharse”, aseguró la presidenta del Foro de Ermua.
Esta asociación ha trasladado a partidos políticos como PSOE, PP, CiU y CC, y próximamente lo hará con UPyD, la necesidad de introducir la figura de "desterrado vasco" en la Ley de Víctimas del Terrorismo. Además, durante el 1 de marzo celebrará un acto de seguimiento de la jornada electoral vasca bajo el lema de "En Euskadi no estamos todos". Por su parte, la Fundación para la Defensa de la Nación Española está impulsandouna campaña para reclamar que las víctimas del terrorismo puedan votar en sus lugares de origen.
Se trata de una solicitud por escrito que "pretende acabar con esta situación de destierro y permitir que los exiliados y sus familias puedan tener voz en los procesos electorales que se desarrollen en aquellos lugares que tuvieron que abandonar. Como argumento, la fundación cita que la Ley de Memoria Histórica ya permite a los hijos y nietos de los exiliados por la Guerra Civil y el Franquismo adquirir la nacionalidad española y, por tanto, votar allí desde donde sus padres o abuelos tuvieron que huir.
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